Nos conocemos de toda la vida pero jamás pensé que podríamos ser algo más que amigos
Mi nombre es Miley, tengo 20 años, soy de estatura media, de piel clara, ojos verde-azules, bien, podría decirse que una chica normalita. Soy simpática, cariñosa, divertida, me gusta estar con mis amigos, divertirme con ellos, salir de fiesta, bailar, en fin lo normal.
Él se llama Nick, es un año menor que yo, mas alto que yo, ojos oscuros y con un buen físico, tienes unos brazos fuertes y una espalda musculosa y a mi parecer es realmente sexy. Es divertido, gracioso, serio cuando hay que serlo, correcto, inteligente, simpático, protector, cuidadoso, amigo de sus amigos, un chico con quien hablar, en fin un tipo genial e inigualable.
Como digo, nos conocemos de toda la vida, nacimos y crecimos en el barrio y empezamos a salir en el mismo grupo desde pequeños. Al principio pues él y yo nos llevábamos sin más, conocidos y tal, no podría decir que amigos porque no hablábamos mucho, es mas al principio creo yo que no nos caíamos muy bien. Pero todo eso cambio hace un par de años. Empezamos a hablar, a salir de fiesta todos juntos y la cosa fue a mejor. Ni él ni yo teníamos pareja así que cuando salíamos de fiesta la disfrutábamos a tope no como el resto de nuestros amigos que al tener novios y novias pues como que estaban más tranquilos; los que no tenían pareja iban a lo suyo. Un día hablando llegamos a la conclusión de que para mí él era el mejor para irse de fiesta y gozar y para él lo era yo, que decía que yo sí que sabía divertirme. Eso, que la cosa mejoró y la verdad es que todo empezaba a ir bien.
Pero como no, ocurrió algo que lo iba a cambiar todo.
Yo lo empecé a ver como un amigo especial, no como que me gustaba sino como alguien importante para mí, alguien que estaba empezando a importarme mucho. Y bueno, un sábado por la noche, bajando de fiesta, él se había pasado un poco de copas o de botellas diría yo, así que lo lleve a casa de sus abuelos, que estaba vacía pues estos ya no vivían allí porque se habían mudado. Pero aun conservaban la casa y Nick la solía utilizar cuando nos íbamos de fiesta, pues él también se había mudado a un pueblo que quedaba bastante lejos de nuestro barrio y del centro de Laguna (así se llama la colonia). Normalmente se quedaba a dormir en casa de sus abuelos con un amigo de Laguna, si es que este nos acompañaba, pero esa noche no vino y yo lo acompañé, no quería dejarlo solo en ese estado. En realidad no estaba tan mal, podía andar y eso, solo que no estaba como suele estar él. Normalmente no se emborrachaba hasta esos extremos, el suele resistir mucho, casi siempre llevaba el control pero ese día se pasó. Primero toda una caja de cerveza en el barrio y luego unas cubas en un bar de Laguna. Yo no me di cuenta de cómo estaba hasta el final de la noche y hasta que me contaron que estaba en el baño, vomitando. Había estado pérdida por ahí, paseándome y hablando con la gente de Laguna, como hago normalmente antes de reunirme con mis amigos, pero ese día vinieron a buscarme contándome el panorama. Inmediatamente fui donde estaban asustadísima, es que me contaron la situación un poco exagerada y yo conociéndole como le conozco pues también me imagine lo peor porque ya digo que él aguanta mucho, pero no era tan malo como creí. Me tranquilice enseguida. Estaba de pie, con algunos amigos, al parecer había echado hasta la primera papilla infantil y tenía una cara que había pasado de verde a blanco en un minuto pero hablaba y se mantenía erguido. Claro que estaba asustada, como no si el chico más fuerte que conoces esta en ese estado te preocupas, ya digo que jamás lo había visto así y digo también que ojala no tenga que volver a verlo de esa forma. Preguntaba por mí y yo me acerque a él, hable un poco con él, quería echarle la bronca pero no me serviría de nada así que le dije unas cuantas palabras cariñosas y que ya nos íbamos. Él lo agradeció y, cuando estuvimos todos juntos nos marchamos a la parada para coger el bus.
En el bus creí que volvería a vomitar, pues se puso verde de nuevo y no hablaba nada pero aguantó como un campeón. Nos bajamos y nos sentamos todos en unos bancos, hacia fresquito y eso le vendría bien para espabilarse un poco, mientras los demás se comían unas tortas que se habían comprado. Cuando terminaron y todos súper reventados nos dispusimos a ir a casa. Nick se quiso ir solo pero ni loca lo dejaba. Y por supuesto que me quedaría a dormir con él para vigilarlo. Los chicos se ofrecieron a ayudarme a llevarlo e incluso alguno dijo de quedarse también por si acaso pero dije que no hacía falta. David mientras tanto decía que a él no le hacía falta nadie pero justamente nadie le hacía caso. Nos despedimos todos y cada pájaro a su nido. Fuimos para casa de sus abuelos, mientras enviaba un mensaje a mis padres para que no se preocuparan y él seguía diciéndome que no me necesitaba que podía irme a mi casa, pero no le hice caso. Abrí yo la puerta porque no le entraba la llave, subimos las escaleras y luego entramos. En el piso solo hay una cama y un sofá. Me dijo que usara yo la cama, que el dormiría en el sofá pero le dije que no, que yo me quedaba con el sofá y él con la cama. No nos poníamos de acuerdo, los dos estábamos en el sofá sentados y ninguno daba el brazo a torcer. Le aseguré que no pensaba irme a la cama y él me contesto que como quisiera, pero que él tampoco lo haría. Me cogió y me apoyó en su pecho acomodándome y me dijo que ya que ninguno dormiría en la cama que por lo menos dormiría cómoda, como no él siempre tan caballeroso. Intente levantarme para no molestarle pero me abrazo para que me quedara ahí. Creí que no me dormiría pero sí que lo hice. Por lo menos por un rato.
Cuando abrí los ojos estábamos tumbados en el sofá. Yo encima de él, de costado. Me erguí y note que Nick también se había quedado dormido. Me estiré un poco pues había estado en una mala postura y tenia los músculos contraídos. Él al notar que yo me movía se movió y terminó apoyándose en mi, de la misma forma que yo lo había estado encima de él. Le dejé por supuesto. Parecía tan frágil y tan bueno durmiendo. Supe que ya no me iba a volver a dormir pero aun así cerré los ojos como descansado. Después de un rato así los volví a abrir y le mire, estaba tan tranquilo y relajado, respirando junto a mi pecho. Levante la mano y le acaricie suavemente el pelo, no quería despertarlo. Estuve mucho rato acariciándole el pelo. Note que se movía y pare, el se revolvió un poco pero no se separo de mí, es mas subió su mano para apoyarla debajo de la cabeza pero al no coger postura termino apoyándomela en el pecho, sí, en mi teta. Agarró mi teta y yo me quede de piedra al notarlo. No sabía qué hacer, no sabía si despertarlo o dejarlo, hombre no quería despertarlo después de verlo tan tranquilo pero me deba un poco de apuro notarlo agarrándome la teta. Decidí dejarlo, total, estaba dormido y no se enteraba de nada, además cuando se despertara yo me haría la dormida y ahí no había pasado nada. Pasaron por lo menos 20 minutos y nada él que no quitaba la mano de ahí y yo ni siquiera me movía. De repente, la movió y palpó, sí, apretó. Me quede blanca y cerré los ojos, como si estuviera dormida. Levanto la cabeza, estaba despierto, pero no quitaba la mano de mi teta. Volvió a apretarla suavemente y a acariciarla. No debí sentir nada pero sentí un cosquilleo y se me pusieron los pezones duros. Hacía demasiado tiempo que no estaba con un chico, si debe ser eso para que mi reacción sea esa. Siguió acariciándomela y con la otra mano la otra teta. Yo ya no sabía que decir ni que hacer, aquello no me podía estar pasando. No pude evitarlo y suspire. Noté que levanto la cabeza pero sin dejar de agarrar mis tetas y abrí los ojos y le miré. Nos miramos en silencio durante unos segundos que parecieron eternos.
Miley-. Nick
Nick-. Miley, yo...
Nos volvimos a mirar en silencio. El comenzó de nuevo a acariciar mis tetas, mientras nos mirábamos, era hipnótico. Suspire de nuevo, Dios!! me estaba gustando y no quería que parara aunque sabía que no estaba bien. Cerré los ojos y me estire para delante como si estuviera buscando sus manos, mientras me mordí el labio para acallar cualquier sonido que se me pudiera escapar. Me estaba gustando y él lo sabía. Metió la mano por debajo de mi camiseta, me puse un poco en tensión pero en seguida me relajé, era inevitable quería sentir sus manos en mis tetas, piel contra piel. Movió el sujetador y acarició mis pezones, ya ni siquiera intenté acallar el gemido que salió de mi garganta. Note como levantaba la cabeza y me miraba, yo seguía con mis ojos cerrados, no tenía valor para abrirlos. Bajo la cabeza hacia mis pechos y con una mano levanto la camiseta por abajo, mientras bajaba la cabeza y me besaba uno. Ahogue un grito de sorpresa. Siguió besándome el pecho, lamiéndolo, succionándolo, mordisqueándolo, dejaba uno y cogía el otro. Yo creía que me moría pero de placer. Subí mis manos y le agarre el pelo, como obligándole a quedarse y seguir haciendo lo que estaba haciendo. Entonces paró, levantó la cabeza para mirarme. Yo seguía con los ojos cerrados y los abrí. Vi necesidad y deseo en ellos y estoy segura que él vio lo mismo en los míos. Dejo las manos en mis tetas y fue subiendo lentamente hacia arriba dándome pequeños besitos. Llegó al cuello y me lo lamió concienzudamente luego cambio el camino directo a la boca.
Miley-. No! Espera, en la boca no….
Él al notar que hablaba se separó de mi cuello y me miró. Me debió de ver muy tajante porque no preguntó y siguió besándome en el cuello, en la curva del hombro, subió hasta el lóbulo de la oreja y me lo mordisqueo, todo esto sin dejar de acariciarme con las manos. Al principio deje que me acariciara él pero ahora empecé a participar yo también. Le acaricie el pelo y el cuello, baje mis manos por su cintura y las metí dentro de su camiseta y le acaricie el pecho. Me molestaba su camiseta así que hice mención de quitársela a lo que él se separó de mi cuello y se la quitó. Le mire el torso desnudo, los brazos musculosos y suspire de gozo, era realmente magnífico. Se aparto de mi cuello de nuevo y nos volvimos a mirar y fue como una señal, nadie dijo nada pero los dos lo supimos. Se levanto del sofá y me levanto con él. De pie se pego a mí y yo a él y seguimos acariciándonos. Me agarro el culo y me lo masajeó con ambas manos, yo estaba perdida en sus hombros. Luego lo agarro con fuerza y me restregó por su parte delantera y claramente con su entrepierna, como si necesitara aplacar un fuego. Se le notaba durísimo y excitadísimo, yo me encontraba igual. Se movió y yo me moví con él, sabia claramente hacia donde iba: la cama. Y sabia claramente lo que iba a pasar y, por mi madre que lo deseaba con desesperación.
Miley-. Nick...
Nick-. No digas nada...sabes que quieres, los dos queremos...
Nos quedamos en silencio y quietos. Él quería que pasara y yo también, pero por alguna extraña razón mi conciencia me avisaba sobre algo y, finalmente decidí no hacerle caso. Al parecer él estaba esperando a que yo diese el primer paso, no quería que me arrepintiese y yo no lo hice esperar.
Miley-. Si.
Me sonrió y continúo. Me beso en el cuello a la vez que dirigía sus manos a mi espalda y al broche del sujetador. Lo desabrochó y libero mis pechos. Estos estaban un poco enrojecidos del trabajo anterior. Se inclino y se metió uno en la boca, lo lamió y lo succiono, mordisqueo suavemente el pezón y yo creí que me moría aunque sabía que todavía faltaba lo mejor. Me condujo lentamente a la cama y ahí me tumbo de espaldas con suavidad, luego él se echó encima. Siguió jugando y atormentando mis pezones hasta que ya no pude mas y dirigí mis manos a botón de de su vaquero. Él vio mis intenciones y se lo desabrochó. Luego, inesperadamente se separo de mi, se sentó en la cama, se quito las zapatillas, los calcetines y luego los pantalones. Yo mientras seguía tumbada, viéndolo. Se puso de pie y pude admirar el bulto que se le marcaba en los bóxers, sonreí y él al ver donde miraba y que sonreía, sonrió también.
Pensé que se tumbaría encima mío de nuevo y continuaría con la exploración de mis pechos pero no lo hizo, sino que se sentó en la cama y comenzó a descalzarme. Quise protestar, decir algo, nadie nunca me había descalzado, eso era algo como que muy intimo. Me descalzo y luego me desabrochó el pantalón y me lo sacó. Se tomo todo el tiempo del mundo y lo hizo con un cuidado que resultó súper dulce, a pesar de la tremenda excitación que teníamos los dos. Se arrodillo a mis pies y comenzó a besarme pausadamente los tobillos, ascendiendo lentamente por la pantorrilla, por los muslos, besando todo, examinando cada centímetro de mis piernas. Vale eso era algo que tampoco me había hecho nadie y la sensación era increíble. Me beso la cara interna del muslo rozando con su mejilla mi centro de placer y mi cuerpo respondió con una sacudida. Dios, estaba húmeda seguro. Pensé que se pararía ahí, me quitaría la braguita y me exploraría pero no lo hizo sino que siguió subiendo besando mi ombligo y de nuevo a mis pechos. Se coloco un poco ladeado para no cargarme con todo su peso mientras me rozaba con su miembro en la cintura. Se empezó a restregar lentamente y yo hice lo mismo, ambos teníamos una calentura de flipar y era como si necesitáramos apagara con nuestros cuerpos. Se separo de mi pecho y me miro, nos miramos durante por lo menos medio minuto mientras nos restregábamos. Alcance su culo y se lo empecé a acariciar, él a su vez metió la mano entre mis muslos, acariciando su parte interna y de vez en cuando mi entrepierna. Me estaba empezando a calentar muchísimo.
Miley-. Dios, quítamela!! –con urgencia.
Él, muy obediente, lo hizo. Ya está, estaba completamente desnuda y totalmente entregada. Con la boca me besaba un pecho, con una mano me acariciaba el otro y con la otra mano exploraba mi vagina. La acarició suavemente, abrió los labios y metió un dedo, lo saco empapado de mis jugos y lo paso por mi clítoris, aquel montículo tan sensible. Volvió a bajar la mano y me introdujo nuevamente un dedo en mi caverna interna. Lo metió y lo sacó repetidamente y con tranquilidad, sin prisa, como buscando calentarme más de lo que ya lo estaba. Yo tampoco me quedé quieta, quería que él disfrutara de la misma forma que estaba disfrutando yo así que, después de sobarle un poco más el culo trasladé dicha mano a su parte delantera y palpe. Vaya, aquello tenía buena pinta. La acaricie suavemente y lentamente por encima del calzoncillo, quería ser minuciosa y darle el mismo placer que me estaba dando él a mí. Me cansé de la tela e hice mención de retirar el calzoncillo pero fue él quien se lo terminó quitando. Bien, ya estábamos los dos desnudos. Miré para abajo, quería ver lo que tenía entre las piernas y para nada me disgustó, era mejor de lo que me esperaba y mucho mejor de lo que ya había tenido. Estaba semi-erecto y ya mostraba un buen tamaño, además de ser grueso, ya se le notaban las venas a su alrededor. Se tumbó nuevamente encima mío y siguió con su tarea de excitarme los pechos y meterme ya dos dedos. Yo pase a acariciarle su miembro, lo cogí y lo sopesé con mi mano, lo acaricié suavemente de la base a la punta en donde me demoré bastante, le corrí la piel para atrás y empecé a agitarlo como pude dada la postura en la que estábamos. Primero lentamente y luego aumentaba el ritmo para reducir otra vez la velocidad. Él cuando notaba que el ritmo aumentaba soltaba pequeños suspiros de placer en respuesta a que le gustaba, mientras, seguía estimulándome. Pasado ya un rato de mutua estimulación estuvimos listos para dar el siguiente paso. Se levanto ya con una erección de campeonato y fue a sus vaqueros, saco el preservativo y se lo puso. Se tumbo encima de mí, comenzó a besarme en la curva del cuello y alternaba con el lóbulo de la oreja, mientras que con las rodillas fue haciéndose hueco entre mis piernas. Se introdujo en mi lentamente y con suavidad. Exhalé un suspiro. Volvió a entrar y salir despacio tres o cuatro veces. Lo rodeé con mis piernas para darle un mejor acceso. Entonces aumentó el ritmo. Empezamos a gemir al unísono, yo más fuerte que él, posiblemente porque estaba más estimulada. Comenzó un ritmo frenético que creí que me partiría en dos y empecé a convulsionarme, me iba a llegar el orgasmo enseguida. Empecé a subir y subir y cuando exploté creí que moría, por algo lo llaman la pequeña muerte. Paró de bombear y me miró mientras me recuperaba, sin salirse de mí. Pasados unos minutos y ya recuperada lo enganché del culo y le dije al oído:
Miley-. No pares, quiero más.
Él se sonrió y me contestó:
Nick-. Como órdenes
Y nuevamente empezó a bombear dentro de mí. Introdujo su mano entre nuestros cuerpos, alcanzo mi clítoris y empezó a masajearlo. Yo no paraba de gemir, aquello era el cielo. Esta vez bombeaba con un ritmo más suave, buscando prolongar el placer de los dos. A medida que pasaba el tiempo empezó a acelerar, ya veíamos que íbamos a llegar al clímax dentro de nada. Cuando alcanzo un ritmo frenético, mi cuerpo no aguanto más y explotó entre alaridos de placer que salían de mi garganta, Dios!! había sido tremendo. Él, al notar que yo ya había llegado y mientras yo seguía convulsionándome aceleró todavía más y estalló también entre gritos. Se quito de encima de mí y se puso de cara al techo. Ambos estábamos cansados, sudorosos, respirábamos con urgencia pero plenamente satisfechos. Poco a poco nuestras respiraciones se tranquilizaron y justo en ese momento me dio por pensar en lo que había pasado. Dios, que habíamos hecho?, qué iba a pasar ahora?, como nos afectaría eso? Nick se levantó, todavía desnudo, cogió la colcha de la cama, que había terminado en el suelo y me la echo por encima, luego él se metió debajo y volvió el silencio. No nos abrazábamos, solo nuestros costados estaban en contacto.
Nick-. Miley...
Miley-. Como te encuentras después de la borrachera? –lo interrumpí
Nick-. Eh...bien, bueno creo que me va a estallar la cabeza pero sobreviviré.
Miley-. Me alegro.
Silencio otra vez. No sé porque pero no quería hablar sobre lo que había sucedido, aunque era inevitable que lo hablaríamos. No quería hablar porque eso significaría que había pasado y que como había pasado ya, pues se quedaría ahí y eso era exactamente algo que no quería que pasase, me estaba volviendo loca pero la verdad era que no quería que lo que había pasado se acabase. Si, ciertamente me estaba volviendo loca, demonios!! , me acababa de acostar con mi mejor amigo y quería volver a repetirlo. Dios! la experiencia había sido gloriosa, jamás me había sucedido nada igual con otro chico, no es que me hubiesen dejado a medias, sino que Nick fue tan bueno, tan atento, se preocupo primero de mi placer y luego del suyo, me había dado dos orgasmos, no dos orgasmos normales, dos enormes e increíbles orgasmos que me habían dejado exhausta. Pero tenía que ser realista, era algo que no volvería a pasar y ya solo pensaba en que mi amistad con Nick no saliera perjudicada. No quería que nada cambiara, todo era perfecto como estaba y no iba a permitir que un polvo de escándalo lo jodiera.
Nick-. Miley tenemos que hablar.
Miley-. Lo imaginaba.
Nick-. Bien ehhh... esto no es fácil...
Miley-. Te aseguro que para mí tampoco.
Nick-. Ya me imagino. Bueno, en fin, lo que ha pasado ha sido... increíble.
Miley-.Estoy de acuerdo, pero?
Nick-. Pero? Como que pero?
Miley-. Siempre hay un pero.
Nick-. No pensaba añadir ningún pero.
Miley-. Entonces?
Nick-. Qué?
Miley-. Qué hacemos? qué va a pasar?
Nick-. Bien en fin, esto fue algo que los dos quisimos ¿no?
Miley-. Bueno, si, sucedió y si te soy sincera no me arrepiento y lo disfruté mucho.
Nick-. Me pasa lo mismo.
Miley-. Pero es complicado.
Nick-. Si, lo es, tremendamente complicado. Aunque hay una solución.
Miley-. Te escucho.
Nick-.Antes contéstame una pregunta.
Miley-. Tú dirás.
Nick-. ¿Estarías dispuesta a repetirlo?
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aaawww me encantooo!!! esta muy buena seguilaaaa plis1!!!
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