lunes, 3 de noviembre de 2014

DINASTIA GRIEGA CAP 14



 El helicóptero de Nick aterrizó a las siete.
Mientras el corazón le latía con fuerza, Miley observó cómo Nick se dirigía hacia ella. Después de dos noches sin dormir, no estaba preparada para resistirse al atractivo físico de Nick. No sonreía: sus facciones esbeltas y bronceadas hacían gala de una inusitada seriedad. Eso sobrecogió a Miley. Un escalofrío le recorrió el cuerpo.

Miley-.Quieres un café?
Nick-.No, gracias. Sólo puedo quedarme media hora. Tengo que estar en Atenas a primera hora de la tarde -dijo mientras miraba cómo el top rosa de Miley contorneaba la excitante curva de sus pechos; al instante, borró esa imagen de su mente al notar cómo su cuerpo reaccionaba con inesperado entusiasmo. No volvió a mirarla hasta que se sintió más frío que el hielo.
Miley-.Bien... a ver... deberías echar un vistazo a esto... - le entregó el aviso de expropiación y empezó a hablar rápidamente sobre lo que el notario le había dicho el día anterior.
Nick-.Ya me explicaste ayer la situación.
Miley-.No entiendo cómo mi propio abuelo es capaz de hacerme esto
Nick-.Theo es un mal perdedor... Puesto que yo también lo soy, creo que no sería justo por mi parte criticarle.
Miley-.Pero tú eres incapaz de comportarte de un modo tan malvado y cruel!

Miley sorprendió la mirada de Nick, tan oscura y fría como el cielo de medianoche.

Nick-.Pensemos en esto como si fuera una transacción comercial
Miley-.El banco no quiere darme un préstamo -enrojeció y aceptó los papeles que Nick le devolvía.
Nick-.Por supuesto que no. Tan sólo el hecho de que hayas sido tú la que ha acudido a ellos, en lugar de hacerlo yo, les habrá causado muy mala impresión.
Miley-.Sí. Capté ese mensaje. Parece que incluso mi notario asumía que no tendría ningún problema a la hora de comprar la casa.
Nick-.Lo cual habrías podido hacer perfectamente si hubieras aceptado la pensión que intenté darte...
Miley-.Pero yo no quiero que me des dinero -puntualizó apresuradamente -. No estaría bien. Tan sólo quiero que me lo prestes...
Nick-.Dijiste que la granja ha sido puesta en venta por setecientas mil libras. Nadie que tenga los pies en la tierra te dará un préstamo que no puedes devolver...

Miley-.Si me das el tiempo suficiente...
Nick-.No -la interrumpió sin titubear siquiera-. No voy a prestártelo.

Asombrada, puesto que en el pasado Nick la había ayudado económicamente con bastante frecuencia y generosidad, Miley frunció el ceño y le preguntó:

Miley-.Entonces... ¿qué vas a hacer?
Nick-.Esto me resulta muy doloroso -le dijo secamente-. Seré franco. A no ser que aceptes seguir siendo mi mujer, no haré nada por ti.
Miley-. No querrás decir que... - lo miró con fijeza.
Nick-.Por eso no quiero criticar a Theo... ambos somos de ese tipo de hombres enérgicos que saben lo que quieren y que no se toman el fracaso demasiado bien.
Miley-. Nick... tú no eres como mi abuelo.
Nick-.Estoy dispuesto a presionarte y a usar la coacción para obligarte a hacer lo que deseo -señaló claramente.
Miley-. No, no eres capaz de hacerlo... -agitó la cabeza con lentitud.
Nick-.Y tú qué sabes? -sus gélidos y oscuros ojos se encontraron con los de ella ofreciéndoles un desafío-. Nunca antes me había sentido traicionado por ti. Ya te dije que no quiero divorciarme.
Miley-. Hasta ahora siempre he podido confiar en ti -le recordó.
Nick-.Pero esta vez no. Nuestros intereses están en conflicto.
Miley-. Y qué hay de Dottie y Sam?
´
Nick se encogió levemente de hombros y estudió a Miley con la mirada.
Miley-. Y los animales? -preguntó con total incredulidad-. Muchos de ellos son demasiado viejos y no podrán ser trasladados a otro hogar.
Nick-.Lo sé.
Miley-. Quieres sacrificarlos?
-No. Serás tú quien lo haga. No habrá sacrificios si decides seguir siendo mi esposa.

Miley levantó la mano y hundió los dedos en su larga cabellera castaña. La mano le temblaba. Estaba empezando a darse cuenta de que ella nunca había sido capaz de hacer coincidir la imagen pública de Nick con la imagen del hombre que ella conocía en privado. O la imagen del hombre que ella creía conocer y entender. Nick tenía razón: ella nunca lo había traicionado antes; al menos, hasta que le había pedido el divorcio. La despiadada reputación que Nick poseía en el mundo de los negocios era legendaria. Y tampoco se comportaba como un perrito faldero con sus amantes. Bien cierto era que trataba bien a las mujeres de su familia y a ella, pero más allá de ese círculo selecto era conocido por su frialdad y su falta de sentimientos.
Miley cerró la mano en un puño.

Miley-. Les debo mucho a Dottie y a Sam. Les prometí un hogar estable y la salud de Sam se resentirá si se le somete a algún tipo de estrés. Y aunque los animales no sean seres humanos... si les ocurre algo, creo que se me romperá el corazón y moriré atormentada por la culpa.
Nick-.Pues deja de luchar contra mí y verás cómo todos tus problemas desaparecen -le avisó cortésmente-. Mientras sigas siendo mi mujer cuidaré de ti y todos tus enemigos serán mis enemigos.

A Miley se le erizó el vello de la nuca. Los ojos de Nick eran oscuros como ventanas en la noche y su voz sonaba como si fuese articulada por otra persona. Miley intentó combatir la sensación de vacío que el miedo producía en su estómago.

Miley-. Podemos aplazar el divorcio... -dijo finalmente.
Nick-.No. Todo o nada -replicó.
Miley-. Qué me importa ahora el divorcio, después de todo? -consintió con una amargura nueva en ella-. Desde luego no puedo tener un hijo sin una cierta estabilidad económica. ¿Si me olvido del tema del divorcio te sentirás satisfecho? ¿Me prestarás el dinero que necesito?
Nick-.Todo o nada -le recordó Nick-. Quiero una esposa y la quiero en el lugar donde pertenece: en mi cama.

Las mejillas de Miley se sonrojaron con violencia. Miró a Nick sin poder creer lo que estaba oyendo.

Miley-. Púdrete en el infierno! -gritó.
Nick-.Soy un hombre chapado a la antigua -murmuró con una frialdad insolente-. Te habría tenido antes en la cama si hubiera sabido en su momento que no tuvimos noche de miel.
Miley-. Incluso entonces era demasiado tarde...
 Nick-.No lo creo. Por lo que dicen tengo un cierto poder de persuasión. Si no hubiera estado todo este tiempo aterrado por el miedo a haberte hecho daño aquella noche, no te habría dejado llevar la vida independiente que has llevado durante los últimos ocho años –replicó, con sus esbeltos rasgos endurecidos por la pasión-. Eres mi esposa y nunca he pensado que fueras otra cosa para mí más que eso, mi esposa.
Miley-. Tu esposa?
Nick-.Mía. Eso es. Y lo que es mío nadie me lo quita.
Miley-. No seré tu esposa... para siempre!
Nick-.Si eso es lo que quieres... - comenzó a andar hacia la puerta y, apenas pasaron unas décimas de segundo, Miley reaccionó y salió disparada tras él.
Miley-. No puedes dejarme así!
Nick-.Puedo hacer lo que me plazca -irguió la cabeza con sus ojos resplandecientes fijos en ella.
Miley-. Si no retiras tu proposición, nunca te lo perdonaré...
Nick-.Es un riesgo que estoy dispuesto a correr.
Miley-. Te llevaré a juicio y te demandaré por abandono. Te obligarán a proporcionarme ayuda económica -argumentó.
Nick-.Pero los procesos legales son muy lentos y no tienes mucho tiempo de sobra, ¿verdad? -contraatacó
Miley-. Así que te parece bien golpearme de esta manera cuando estoy en mi momento más bajo? -sin fuerzas,

Miley dejó caer sus hombros.

Nick-.Eres la única mujer a quien le he pedido que se case conmigo -con hielo en la mirada, estudió el rostro de Miley -. Y me parece intolerable oírte hablar del matrimonio como si fuera una especie de insulto o tortura. Siempre te he tratado de forma honorable.
Miley-. Nada de esto tiene que ver con el honor!

Nick sacó del bolsillo un papel y lo lanzó sobre la mesa del recibidor.
Nick-.Si quieres ser tratada honorablemente, empieza por comportarte como una esposa de verdad!

Miley bajó la mirada y observó el papel que había sobre la mesa: un recorte de revista que mostraba la fotografía que el periodista les había sacado a Liam y a ella en el restaurante. ¿Había aparecido de verdad en las revistas esa fotografía robada? Miley se sintió aterrada al comprobar lo equivocada que podía resultar la impresión que daba una fotografía como ésa. Allí estaba, tomando a Liam de las manos. Sus lágrimas, por el contrario, no habían salido en la foto. Simplemente parecía estar mirando a su compañero con romántico interés. Intentó decirle a Nick que la foto no era más que un equívoco, pero sus labios se detuvieron antes de empezar a hablar. Recordó los recortes de los amoríos de Nick y su corazón se endureció como un bloque de granito. Apretó los labios y no dijo palabra. ¿Así que a Nick no le gustaba que se hubieran cambiado las tornas?
Nick esperó a que Miley le diera una explicación y negara lo que la foto parecía dar a entender. Sabía que era incapaz de mentirle, pero al ver que seguía en silencio se sintió mareado y vacío por dentro. De pronto, el solo hecho de pensar le resultaba difícil. Y entonces, repentinamente, desapareció el mareo y el vacío dejando en su lugar una cólera corrosiva que le impedía mirar siquiera a su esposa.

Nick-.Tienes veinticuatro horas para tomar una decisión...
Miley-. Veinticuatro horas? -repitió consternada.
Nick-.No lo has entendido todavía, ¿verdad? - la miró de nuevo con un duro gesto que indicaba que había tomado una decisión-. Aunque te salve de tus problemas económicos, la granja de Craighill ya no será tu hogar nunca más. No puedes quedarte aquí.
Miley-. Aunque me salves de mis problemas económicos? Pero si dijiste que...
Nick-.Piénsalo bien -dijo con tono abrasivo-. Theo no permitirá que compre la granja y te la devuelva. Eso es precisamente lo que espera que haga. No me la venderá y, por otro lado, es bastante inteligente como para dejarse engañar por un falso comprador que haga de tapadera. Tengo que encontrarte un nuevo lugar para que podáis vivir los animales, Dottie, Sam y tú.

Miley luchaba con todas sus fuerzas para admitir todo lo que Nick estaba diciéndole.
Miley-. Un nuevo lugar? ¿Para todos nosotros? -exclamó-. Pero eso es imposible...
Nick-.Un poco difícil si consideramos que tenemos tan poco tiempo, pero no imposible. Si invierto la suficiente cantidad de dinero y personal en esta operación, lo conseguiré. Lo conseguiré por ti.

Miley se encontraba muy tensa ante la presencia de Nick. Se encontraba tan cerca, que casi podía tocarlo y le horrorizó reconocer que precisamente era eso lo que quería hacer. Había recibido demasiados golpes últimamente y, en el fondo de su mente, todavía guardaba la convicción de que Nick obraría un milagro y haría que todo volviese a la normalidad de nuevo. Ahora se decía que no, que eso no era posible y que la situación era incluso peor de lo que se imaginaba. Incluso contando con el apoyo de Nick tendría que irse de la granja de Craighill igualmente. Empezaba a dolerle la cabeza. Le daba vueltas a pensamientos absurdos y vagos entre los cuales, sin embargo, uno tenía una claridad cristalina:

Miley-. Si me obligas a seguir casada contigo imponiéndome esas condiciones, perderás mi confianza para siempre -le avisó fieramente.
Nick-.A veces, uno no tiene elección - la desafió con sus dorados ojos-. Ésta es la única forma que tengo de asegurarme de que nuestro matrimonio tiene futuro. Sabes perfectamente que aceptarás mi oferta porque es la única que hay sobre la mesa.

Miley apartó la mirada, la clavó en la pared y tembló agitada por el resentimiento. Sin embargo, apretó los dientes con todas sus fuerzas para contener las desafiantes palabras que le venían a la boca. Como siempre, Nick le había dado donde más le dolía. El era su única opción y no había tiempo que perder.

Miley-. Muy bien. Aunque me resulta difícil ver qué es lo puedes ganar con un acuerdo como éste, seguiré... seguiré siendo tu... esposa -las desagradables palabras de rendición salieron de la boca como si fueran balas.

El fornido cuerpo de Nick se volvió a poner tenso al sentir que regresaba la misma sensación de mareo que había sufrido antes. Se empezó a preguntar si tenía alguna clase de virus. Entrecerró los ojos y, sin apartar la atención de Miley, respiró lento y hondo.

Nick-.Nunca lo lamentarás
Miley-. Ahora te odio... ¿Es eso lo que querías? –replicó.

Nick lanzó una mirada hacia la puerta entreabierta que había detrás de ella. A través de la puerta podía ver las sábanas blancas y rosas de la cama de Miley. El tenso cuerpo de Nick se estremeció preso del ardor sexual y el deseo: sabía exactamente lo que quería. Ella no lo odiaba, no podía odiarlo; Se negó a aceptar lo que acababa de decirle. Su mirada vagó por el rostro de Miley hasta detenerse en su apetecible boca. Después, bajó lentamente hasta llegar a la tentadora plenitud de sus pechos, donde se demoró antes de proseguir con aplomo hacia la femenina curva de sus caderas.

Miley-. No te atrevas a mirarme como si fuera un pedazo de carne! -estalló hecha una furia.
Nick-.Eres mi mujer... ¿Es que no puede un marido mirar a su esposa de esa manera? Ya sé lo mucho que te esfuerzas por esconder tu fantástico cuerpo bajo esas ropas. Te deseo y no me avergüenza admitirlo - pasó uno de sus dedos por la curva del labio inferior de Miley y observó como ésta se estremecía como si se encontrara a la intemperie expuesta a la fuerza de un huracán-. ¿Cuánto tiempo más vas a hacerme esperar?

El rostro de Miley enrojeció hasta la raíz de los cabellos. De algún modo se negaba a reconocer que estaba más que dispuesta a escuchar cómo Nick la consideraba un objeto de deseo para él.

Miley-. Detente -le pidió al instante.
Nick-.No soy capaz.

Miley sintió que su propia debilidad ascendía como la marea en su interior. Ella también lo deseaba, tuvo que reconocer; lo deseaba hasta un extremo indecente. La rabia y el desprecio por sí misma le desgarraron las entrañas con sus vengativas garras. Miley se obligó a retirar la mirada del cuerpo de Nick y forzó a sus temblorosas piernas a que se movieran en dirección a la puerta.

Miley-. Empezaré a comportarme como una esposa cuando esté en mi nueva casa, no antes.
Nick-.Te burlas de mí... - resopló con absoluta incredulidad.

Algo parecido a una descarga eléctrica se desató en el interior de Miley. La pasión que Nick sentía por ella era genuina, tuvo que reconocer. Le resultaba algo incomprensible, pero Nick estaba proyectando en ella una energía sexual que ponía el ambiente al rojo vivo, como si caldeara el aire con una antorcha. Estaba demasiado acostumbrado a la satisfacción instantánea. La espera constituía una nueva y desafiante experiencia para él. Miley se irguió con tal altivez, que se sentía incluso más alta de lo que realmente era.

Miley-. En absoluto. No me estoy burlando de ti.
Nick-.Pero..,hemos hecho un trato... - la miró con incredulidad.
Miley-. Por supuesto. Cuando cumplas tu parte del trato y nos consigas a todos otro lugar donde vivir, yo cumpliré también con mi parte -sostuvo con firmeza.
Nick-.Acaso piensas que incumpliré mi promesa? - apretó la mandíbula.
Miley-. No -echó los hombros hacia delante-. Me estás obligando a hacer algo que no quiero y no estoy dispuesta a fingir lo contrario. Así que no pienso comportarme como tu esposa hasta que no tenga más opción que hacerlo. Ni siquiera me siento como si estuviera casada...
Nick-.Pues te sentirás. Te lo aseguro -dejo caer sibilinamente-. Dame tiempo.

Revuelta por el acuerdo que acababa de aceptar, Miley dejó su mirada perdida en el vacío incluso después de que Nick se fuera. Al fin se iba a convertir en la señora Angelis muchos años después de haber dejado de fantasear con esa ilusión. Esa vez, sin embargo, albergaba muy pocas ilusiones al respecto. Acababa de descubrir que Theo Demakis y Nick Angelis eran muy parecidos en el fondo. Eso la había destrozado. Ahora empezaba a darse cuenta de que Nick siempre debía de haber sido así de insensible. Y, de hecho, eran ésas las mismas cualidades que probablemente sirvieron para persuadir a su abuelo de que Nick Angelis era el nieto político ideal para él. Pero tal vez a Nick todavía le quedara aprender que una esposa no era algo tan fácil de controlar como un empleado o un objeto inanimado, reflexionó Miley con firmeza. Quizá fuera necesario que aprendiera que podía devolverle los golpes con tanta fuerza y de un modo tan desapasionado como cualquier hombre. De hecho, si jugaba bien sus cartas, después de haber acabado con Nick, hasta era posible que éste deseara darle el divorcio.

Liam llegó a la hora del té con la infame revista en la que se habían publicado las fotos.

Liam-. Has visto esto? Me quedé de piedra cuando unos alumnos míos me lo enseñaron y me preguntaron si era yo –suspiró -¡Sólo Dios sabe lo que pensará Stella de esto cuando lo vea! ¿Conseguiste el préstamo?
Miley-. Nick y yo hemos decidido vivir como un matrimonio normal durante un tiempo -le informó de la forma más natural que pudo.
Liam-. No te creo. Nick es un donjuán. ¿Cómo es posible que una mujer con un elevado sentido moral como el tuyo quiera estar casada con un tipo que tiene tres amantes?

Con los ojos cerrados, Miley se encogió de hombros. Aunque Liam fuera un buen amigo, algunos planes no estaban hechos para ser compartidos. Estaba planeando unos cuantos golpes bajos y, cuando todo hubiera acabado, Nick se daría cuenta de que ella también podía luchar suciamente si se lo proponía. Si él usaba el chantaje, ella utilizaría su astucia femenina. ¿Se le habría ocurrido a Nick redactar algún acuerdo prenupcial para proteger su riqueza en caso de divorcio? Ella creía que no, ya que estaba demasiado acostumbrado a la independiente forma de ser de ella y a las numerosas ocasiones en que había rechazado beneficiarse económicamente del matrimonio. Bien, pues las cosas iban a cambiar. Si Nick le era infiel, contrataría el mejor abogado matrimonialista de Londres. Y cuando todo acabase, los animales de su refugio vivirían felices para el resto de sus días...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Holaa Chicaas(: Graciaas por dejaar suus comentarioos,, Sigaan asii porfaas Graciaas Luna&Mimi laas amaan'♥