martes, 21 de octubre de 2014

DINASTIA GRIEGA CAP 8



Fue tan grande el silencio que siguió a la pregunta de Nick que, si una pluma se hubiera posado sobre el suelo en ese momento, habría sonado tan fuerte como una roca.
Estupefacta Miley abrió la boca para responder y, al momento, la cerró de nuevo tras descubrir que, Nick tenía la mirada absorta en sus labios. Miley examinó cada uno de sus gestos, incapaz de creer lo que estaba oyendo. No podía haber dicho lo que ella acababa de escuchar. Y si de verdad había dicho eso, sin duda Miley debía de haberlo interpretado mal.
Consciente de que sus legendarias habilidades de negociación le habían traicionado esa vez, Nick intentó recuperar su ventaja.

Nick-.Piensa en ello. Hace ocho años no éramos más que unos adolescentes. Así que hicimos lo que teníamos que hacer y luego cada uno continuó por su lado. Ni siquiera intentamos vivir juntos. Pero ahora somos adultos y hemos aprendido más de la vida.

Miley sintió como si un cohete fuera a salir disparado de su interior. Cerró firmemente sus ojos. ¿Qué demonios le pasaba a Nick? Ocho años después de haber roto su corazón en mil pedazos con su habitual indiferencia, Nick estaba intentando dar una oportunidad a su matrimonio como si tratara de salir a comprar un par de zapatos nuevos. A Miley le entraron ganas de gritar, pero jamás se rebajaría a hacerlo antes de tener la oportunidad de reprocharle a Nick su increíble osadía. ¿Cómo atrevía a ofrecerle ahora lo que más había ansiado hacía ocho años? Miley pensó en las cosas que guardaba en el interior del baúl de madera que se encontraba en un rincón justo detrás de Nick. El corazón de Miley empezó a galopar y a punto estuvo de pararse al notar cómo regresaban las viejas angustias. Ella no era lo suficientemente alta ni atractiva ni delgada para un hombre que hacía que se girasen por la calle tanto las cabezas de las mujeres como las de los hombres.

Miley-.No, gracias -contestó como si acabara de rechazar una bebida.

Nick no podía dar crédito a la manera con la que Miley lo estaba rechazando. Estaba sacándolo de quicio, pensó Nick lleno de ansiedad. En lo más profundo de sí mismo, siempre había guardado la esperanza de que algún día sentara la cabeza con Miley. Algún día. Nunca había dudado de ello. Nunca había sentido siquiera la necesidad de pensar en ello. Sabía que Miley le esperaría. Que esperaría, con la paciencia que caracterizaba a una mujer inteligente como ella, a que él estuviera por fin preparado para comprometerse.

Nick-. Piensa en lo que estás diciendo. Se trata de ti, de mí y del hecho de que ya estamos casados.
Miley-.Sólo sobre el papel...
Nick-.Pero podríamos hacer que fuera real...-dijo lentamente, con su profunda entonación griega.

Sólo Dios sabía cuánto se había esforzado siempre Miley por resistirse al intenso carisma de Nick. Hubo un tiempo en el que una ocasional sonrisa de Nick, o incluso un matiz de ternura en sus ojos, había bastado para hacer que el corazón de Miley se desbocara. Pero ese tiempo había pasado, se dijo Miley sin compasión.
Miley-.No quiero hacerlo real.

Nick tocó a Miley con sus firmes manos y ella se dejó estrechar entre sus brazos. Bajo el pecho de Miley latía con fuerza su corazón. Algo en su interior le pedía que diese un paso atrás, que se echara a reír y que se retirara con estilo. Sin embargo, había un problema: no quería. Una pequeña voz emergió del subconsciente para decirle que tenía perfecto derecho a dejarse llevar por la curiosidad y averiguar qué era lo que sentía al tenerle cerca, pecho contra pecho.

Nck-.Puede que yo no sea lo que se dice un romántico... pero, en otros aspectos, soy bastante bueno -ronroneó
Miley-.Eres demasiado modesto -estaba tan tensa, tan embargada por la expectación, que apenas podía respirar. Oprimida por una intensa confusión, era incapaz de pensar. Se sumergió en el tacto de los largos y broncíneos dedos de Nick, que le recorrían las mejillas para zambullirse después en la cabellera. Le levantó ligeramente el rostro para poder estudiarla mejor con sus impresionantes ojos dorados.
Nick-.La humildad no gana batallas -bajó su arrogante mirada-. Si huyes esta vez, iré tras de ti...

Se formó un nudo en el estómago de Miley. Apretó los muslos y las cimas de sus pechos se desbordaron en una oleada de sensaciones; las rosadas cumbres, prisioneras de un placentero hormigueo. Un cálido color inundó sus mejillas. La boca de Nick invadió sus labios. Tuvo una sensación de intimidad desconocida hasta entonces para ella. Le agarró por la solapa de la chaqueta para permanecer erguida. Bum-bum-bum, marcaba el ritmo su corazón. La lengua de Nick asaltó la tierna plenitud de sus labios y aguijoneó a Miley con una sensación tan placentera que la hizo temblar. Quería más. El cuerpo de Miley era como un muelle demasiado apretado. Quería ahogarse en el dulce y depravado placer que Nick le ofrecía y olvidarse de su orgullo de una vez por todas. Pero, al estrecharla él con sus fornidos brazos, se golpeó el talón contra un baúl de madera que había en un rincón y una fría vergüenza hizo presa de ella. De repente, fue dolorosamente consciente de su apetito carnal y de su debilidad.
Miley escapó de su abrazo y se tambaleó contra la pared tratando de calmarse. Intentaba ignorar la demoledora sensación de pérdida que experimentaba.
Nick-.Te ocurre algo? -respirando profundamente, resistió un ansia salvaje que le pedía reclamar el cuerpo de Miley como si fuera un hombre de las cavernas.
Miley se sentía avergonzada. Le resultaba imposible mirarlo. «Lo que me ocurre está en el baúl del rincón», pensó amargamente. Se preguntó si Nick se había dado cuenta del terremoto que estaba ocurriendo en su interior.

Miley-.No debí haber dejado que ocurriera...
Nick-.Por qué no?
Miley-.Porque quiero el divorcio.
Nick-.Por qué?¿Hay algún otro hombre en tu vida?

La pregunta de Nick le sorprendió tanto que casi la hizo estallar en
carcajadas. La cabeza le daba vueltas: el deseo de Nick de hacer real su matrimonio había pillado a Miley por sorpresa. El beso, aunque breve, había supuesto una sobrecarga para su sistema nervioso.

Miley-.Si hubiera algún hombre, eso no sería asunto tuyo -dijo Miley.
Nick-.Theos!... ¡Por supuesto que sería asunto mío! -le espetó, cambiando sus palabras de terciopelo por otras impregnadas en cólera.

Ésa era justo la provocación que Miley necesitaba. Echando a Nick a un lado, levantó la tapa del baúl y extrajo de su interior unos cuadernos y álbumes de fotografías. Se dio la vuelta y los lanzó a los pies de Nick.
Miley-.No, las mujeres que hay en estas páginas sí que son asunto tuyo... Yo, en cambio, no lo soy y nunca lo seré -le advirtió

El silencio se hizo entre ambos.
Nick-.Qué es esto? -hojeó uno de los cuadernos. No quería abrirlo, pero la cobardía no era su estilo y empezó a pasar páginas. Le llamaron la atención los recortes de revistas del corazón, artículos de dominicales, y foto tras foto de él con otras mujeres. Sintió náuseas. -¿Has estado coleccionando esto?
Miley-.Era una estupenda terapia de aversión -cruzó los brazos a la defensiva.
Nick-.No estábamos viviendo juntos. Nunca hemos vivido juntos como marido y mujer -replico, con su carácter ya de vuelta al verse rodeado de aquellas irrefutables pruebas de su mujeriega reputación-. Pero si te hubiera tenido entonces, no habría necesitado esa clase de entretenimientos.

«¿Entretenimientos? ¡Piensa en las mujeres como si fueran juguetes! ¡Distracciones agradables para pasar el rato!», pensó Miley. Liam tenía razón: Nick era un magnate griego a la vieja usanza. Un mujeriego irredento con doble moral. «Es tan típico de Nick pensar que una mujer sólo quiere el divorcio cuando ha encontrado a otro hombre en su vida. Quizá la sinceridad sea la mejor solución»

Desbordada por las emociones y con el sabor de Nick todavía en sus labios, Miley estaba dispuesta a suavizar las cosas y devolver la normalidad a la situación.

Miley-.No hay nadie más. No te lo quería decir todavía, pero he hecho ciertos planes que no puedo llevar a cabo si no nos divorciamos.
Nick-.Qué clase de planes?
Miley-.Quiero...-dudó por un momento, pero al rato encontró valor para proseguir-. Quiero tener un hijo.
Nick-.¿Con quién? -se quedó petrificado como una estatua.
Miley-.Yo sola. No es tan raro...Iré a un banco de esperma -dijo con voz evasiva-. Y, sí, he estado pensándolo mucho.

*********************

1 comentario:

Holaa Chicaas(: Graciaas por dejaar suus comentarioos,, Sigaan asii porfaas Graciaas Luna&Mimi laas amaan'♥