Miley estaba tan sorprendida por
la noticia como él había esperado.
Miley-.Ahora... ¿quieres que me vaya?
Theo-.Tu equipaje ya está hecho. Si
dices que no a la propuesta de matrimonio del chico de los Angelis, te mandaré
de vuelta al Reino Unido inmediatamente y nunca más oirás hablar de mí.
Decídete y hazlo rápido.
Miley-.No puedes ser un poco más
razonable? -el pánico hizo presa de ella –Es tan injusto que me lances esta
proposición a la cara y que me pidas...
Theo-.Lo injusto es que no des la
menor muestra de aprecio por el fabuloso futuro que estoy dispuesto a darte
-dio rienda suelta a una cruel carcajada de desacuerdo-. Pero haz lo que
quieras. ¡Corre de vuelta a las faldas de tu madre y verás lo agradecida que
será contigo cuando sepa que podrías haberle dado una seguridad económica de
por vida!
Miley titubeó al escucharle,
puesto que sabía que Tish se consideraba merecedora de una recompensa así
después de los sacrificios que había hecho como madre soltera. De hecho, se dio
cuenta con claridad de lo que su abuelo estaba haciendo y reconoció la presión
que estaba poniendo sobre ella. Se consideraba fuerte y resistente, pero la
certeza de la fría e implacable malicia de su abuelo la asustaba y la llenaba
de desesperación. Sabía que su abuelo iba en serio. A él no le importaba lo que
fuera de ella y no le daría el dinero que necesitaba para ayudar a su madre a
no ser que hiciese lo que decía.
Miley-.Es una locura -murmuró
frenéticamente-. ¡Nick nunca aceptará casarse conmigo ni en un millón de años!
Por amor de Dios, si está saliendo con Cassia Morikis...
Theo-.Así que está acostándose con la
Morikis - se encogió de hombros-. ¿Y qué tiene eso que ver?
Miley-.Creía que...que tal si... si
la quiere... -parpadeó.
Theo-.Y qué si la quiere? Eso no
tiene nada que ver contigo. El decidirá entre las opciones que tiene. Es griego
hasta la médula. Créeme, el honor de la familia y otras consideraciones
prácticas y materiales serán de mucha mayor importancia para él que la zorra
que ahora ocupa su cama. Piensas tomar ese taxi hasta el
aeropuerto? -preguntó con impaciencia
Su sangre fría y su descuidado
comentario acerca de la vida sexual de Nick turbaron a Miley. Se quedó rígida. Nick Angelis nunca accedería a casarse con ella,
pensó enfebrecidamente. Que ellos pudieran formar una pareja era una idea
ridícula. Cassia Morikis era una chica muy guapa: alta y esbelta como un junco,
tenía una gloriosa cabellera de color rubio platino y unas delicadas facciones
de muñeca. ¿Pero por qué estaba preocupándose por algo que era muy probable que
nunca ocurriese? ¿Por qué se arriesgaba a exaltar a su abuelo con sus
objeciones? Tenía que mantener las necesidades de su madre en el centro de su
atención; Tish había solicitado de ella su lealtad y su entrega filial. Con
toda seguridad podía dejar a Nick la tarea de rechazar la propuesta de
matrimonio. ¡Su abuelo a duras penas podría culparla por el rechazo de su
futuro prometido!
Theo-.Dame una respuesta -le pidió de
forma llana.
Miley-.Está bien... me quedo.
Theo-.No lo dudé ni por un instante.
Me conmovió el romántico fulgor que observé en tu rostro cuando mencioné el
nombre del muchacho -al ver una punzada de vergüenza en los ojos de Miley, su
abuelo prorrumpió en carcajadas y bebió su copa de un solo trago-. Me siento
como Eros, el dios del amor. Mi riqueza será tu dote y por lo menos te salvará
de la humillación de ser una solterona de por vida.
Esa noche, Miley no pudo dormir
en su opulenta cama de invitados. La enorme villa estaba sumida en el silencio.
Desde el momento en que había llegado a Grecia, ese mundo de lujo y privilegio
tan ajeno a ella como el clima cálido, se había sentido como si estuviera
viviendo en el sueño de otra persona. Sin embargo, no era un sueño agradable;
era más bien como una pesadilla en la que todo, incluso la forma que tenía la
gente de comportarse, le resultaba extraño. Había hecho todo lo posible por
agradar a su abuelo, lo cual había implicado sobreponerse a su timidez natural
para ir a los eventos sociales cuyas invitaciones él había aceptado en su
nombre. Eirene, la hija adolescente de uno de los amigos de Theo, le había
servido de acompañante en todas esas dolorosas incursiones en la alta sociedad.
Miley había destacado por su
invisibilidad en aquellas exclusivas reuniones sociales. Eirene pertenecía a
una élite de ricos y consentidos jóvenes que vestían a la última moda, se
volvían locos por practicar juegos irresponsables en las fiestas y se
comportaban como si el mundo fuera un aburrimiento. Miley los había
encontrado tontos y superficiales y las mujeres se habían comportado con ella
como arpías. Una y otra vez, se había retirado tras su impertérrita sonrisa,
sin atreverse nunca a contraatacar. Sabía que no se podía arriesgar a ofender a
nadie, por miedo a que se quejaran a su abuelo. Ni una sola vez había olvidado
que su objetivo principal tenía que ver con la desesperada situación de su
madre.
Tish Hill era una célebre modelo de
pasarela cuando conoció a Billy Demakis y se enamoró de él. El joven playboy
griego la había cubierto de caros regalos y le había pedido matrimonio. Durante
escasamente un año los padres de Miley, amantes de las fiestas, habían
recorrido el mundo en aviones privados saltando de una fiesta a otra. Confiando
en que su amante pronto se convertiría en su marido, Tish interrumpió su
carrera. Pero cuando se quedó embarazada, Billy cedió bajo la presión de su
padre y se olvidó con rapidez de sus promesas. Tish se negó a abortar y él la
abandonó. Pero no antes de recordarle a la madre de su futura hija que no era
virgen cuando lo había conocido y que, además, había adquirido una incómoda
reputación por haber vivido abiertamente con él antes del matrimonio.
Recordando esos últimos insultos que
su madre había tenido que soportar, los suaves labios de Miley se
torcieron en una mueca de disgusto. Aquel padre al que nunca había conocido
había sido un hipócrita, un mentiroso y un canalla. Tish había tenido que
recurrir a los tribunales para probar la paternidad de su hija y después de una
larga batalla le habían concedido una lamentable pensión para el mantenimiento
del bebé que, con frecuencia, el padre se había negado a pagar. ¿Era de
extrañar que su madre hubiera empezado a beber demasiado? A los siete
años, Miley fue entregada temporalmente a unos padres adoptivos. Un
periódico publicó una triste historia sobre la caída de Tish y Billy se sintió
lo suficientemente avergonzado como para tomar medidas con el fin de asegurar
que su ex novia y su hija no acabasen sin techo y viviendo de nuevo separadas.
Se les proporcionó una vieja granja en lo más profundo de la campiña inglesa.
Si bien Tish detestaba la vida rural, a Miley le encantaba y
frecuentemente tenía motivos para agradecer la seguridad que les proporcionaba
el tener un techo que nadie podía arrebatarles.
Habiendo presenciado también las
muchas y difíciles relaciones amorosas de su madre, Miley guardaba muy
pocas ilusiones acerca de los hombres. Si se había visto envuelta por un
destello de romanticismo al pensar en Nick Angelis, sólo podía ser el resultado
de una estúpida ensoñación. Después de todo, era muy consciente de que los
cuentos de hadas no ocurrían en la vida real. Los hombres ricos se casaban con
mujeres ricas. Si un hombre rico se casaba con una mujer pobre, ella debía tener,
para equilibrar la balanza, alguna característica que la redimiese, como por
ejemplo una belleza apabullarte. Pero incluso en el infortunado caso de su
madre, la belleza no había producido ningún milagro. Del mismo modo, los
hombres atractivos tendían a casarse con mujeres atractivas y Nick estaba como
para caerse de espaldas.
Las chicas de su grupo se amontonaban
alrededor suyo, atendían la menor de sus palabras, tonteaban locamente con él,
se peleaban por él; en definitiva, se comportaban como arpías. Estaba claro que
él se daba cuenta de su poderoso atractivo. Por supuesto, la admiración y la
atención que provocaba habían hecho de él un consentido. Un camión repleto de
hadas madrinas parecía haberle bendecido en el privilegiado momento de su
nacimiento. Tan escasamente inmune a sus atractivos como las otras
chicas, Miley también se había visto impresionada por él. Al principio,
había sentido una inocua fascinación por él, pero más tarde había visto algo
que la había seducido con desespero. Se trataba de la testaruda galantería de
Nick.
En más de una ocasión, Nick había
llegado a su rescate cuando sus amigos decidían hacer de ella el objeto de su
cruel sentido del humor. ¿Por qué? La acompañante de Miley, Eirene, lamentaba
tener que llevarla allá donde fuera ella. Su rencor era expresado mediante
bromas desagradables y comentarios que iban dirigidos a su falta de atractivo,
su peso, su ropa barata y su aparente estupidez. Los amigos de Eirene pronto
recogieron el guante que ésta les tendía.
El que Nick Angelis fuese en su ayuda
con rápidas puñaladas de ingenio para crear una distracción que alejase a sus
enemigos era algo que a Miley le había resultado sorprendente. Después de
todo, la mayor parte del tiempo se comportaba como si ella fuera invisible y
estuviera muy por debajo de él. Pero aquella desconcertante exhibición de
instinto protector masculino la había conmovido profundamente. Nick podía ser
odiosamente arrogante, despótico y presumido, pero también era la encarnación
de la más descarada masculinidad. No podía creer que él quisiera aceptar aquel
trato.
**********
Al cabo de cuarenta y ocho horas, fue
convocada al despacho de su abuelo y Miley descubrió que estaba muy
equivocada a ese respecto.
Theo-.Ven conmigo –sus duras
facciones lucían una nauseabunda expresión de triunfo-. Nick Angelis te está
esperando en el estudio. Tuve una reunión con su padre y los abogados esta
mañana. Hemos llegado a un acuerdo en todos los puntos esenciales. Me haré
cargo de las deudas de tu madre y le adelantaré un fondo para que empiece un
programa de rehabilitación. Nick y tú seréis marido y mujer antes de que acabe
este mes.
Miley-.Marido y... mu... mujer? -un
escalofrío la sacudió nublándole la vista.
Su abuelo había estado en lo cierto y
ella no: Nick estaba dispuesto a casarse con ella para salvar a su familia de
la pobreza. ¿Tenía él tan poca elección como ella? En su caso, Miley sabía
que jamás podría darle la espalda a su madre y dejar que se hundiera como
seguramente haría sin apoyo y tratamiento. Finalmente cayó en la cuenta de que
tanto Nick como ella estaban verdaderamente atrapados por la lealtad y las
buenas intenciones. Su corazón le dio un vuelco: ahora no sólo estaba segura de
que él no quería casarse con ella, también estaba segura de que ella tampoco
quería convertirse en su esposa si éste no la deseaba.
Theo-.Qué jovencita tan afortunada
eres! No hagas esperar a tu novio -sonriendo con burlón deleite, condujo a su
reacia nieta hacia el estudio, a través del vestíbulo-. ¡Ahora que le tenemos
en nuestras manos, no dejes que este pájaro se te escape!
Cuando Miley entró en la gran
habitación, chocó con unos resplandecientes ojos dorados que le dijeron que
Nick sin duda había escuchado el mordaz comentario de su abuelo. Incluso aunque
intentó apartar su mirada, otra parte menos sensata de sí misma quería saborear
todos los rasgos de su apariencia. Por desgracia, el traje oscuro que llevaba
se combinaba con una camisa blanca que le daba un aspecto intimidante. Nunca lo
había visto con una ropa tan formal: podría decirse que estaba vestido para un
funeral, pensó con desmayo, sopesando la pétrea impasividad de su figura.
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