Las mejillas de Miley ardían. No podía creer que ocho años
después de aquello hubiera tenido el valor suficiente de echarle en cara aquel
humillante episodio.
Nick-.Estás diciendo que no pasó nada
entre nosotros la noche de bodas? -sus ardientes ojos dorados se clavaron en el
rostro de Miley -. ¿Nada... en absoluto?
Miley-.No puedo creer que eso sea una
novedad para ti -con la cabeza gacha, mirando hacia el suelo.
La rabia atravesó el pecho de Nick
como si fuera una bola de fuego. Bajo sus efectos, sintió un mareo. No podía
recordar haber estado nunca antes tan enfadado. Y sin embargo, el
descubrimiento que acababa de hacer alejó por fin el oscuro fantasma de la
culpa que lo había estado atormentando durante tantos años. No había maltratado
a Miley en la noche de bodas. Se sintió
liberado. Con un discreto movimiento de cabeza, impidió que el camarero entrase
en la habitación con un carrito lleno dé comida. Apretando la mano de Miley, salieron ambos de la habitación con
ánimo imperioso. Una emergencia inesperada, le dijo al director del hotel. Con
sus guardaespaldas caminando detrás y privándoles de intimidad, Nick se dirigió
hacia el helicóptero sin ofrecer aún una explicación a Miley.
«¿Qué ocurre? ¿Adónde vamos? ¿Qué
pasa con la comida? ¿Por qué te comportas así?». Todas esas preguntas se le
pasaron por la cabeza pero la precaución le impidió verbalizarlas en voz alta.
¿Tanto se había sorprendido al recordarle que su matrimonio no había sido
consumado? Eso no concordaba con su carácter; el Nick Angelis que siempre había
conocido era demasiado impasible como para tener una reacción así.
De vuelta en la granja, Nick abrió de
golpe la puerta delantera y entró en la sala de estar dando grandes zancadas.
Una llama de ira surgió de sus impresionantes ojos dorados.
Nick-.Te das cuenta de que, durante
ocho años, he estado culpándome por algo que nunca hice?
Miley-.No sé de qué estás hablando
-le devolvió la mirada, con el ceño fruncido por la confusión-. ¿De qué te has
estado culpando?
Nick-.Cuando me desperté a la mañana
siguiente de nuestra boda, estaba desnudo... -avanzó, dominando la habitación
con su mera presencia.
Miley-.Tus amigos te desvistieron...
Nick-.Alguien había vuelto a hacer la
cama.
Miley-.Me pediste un vaso de agua y
lo derramé encima de la cama, así que cambié las sábanas -no podía creer lo que
estaba oyendo-. ¿Quieres decir que estabas tan borracho que, al día siguiente,
no recordabas nada?
Nick-.Todavía sigo con la mente en
blanco. No recuerdo lo que ocurrió durante la cena ni tampoco el resto. Hasta
la mañana siguiente. Amnesia total. Pero ya te lo dije en su momento...
Miley apartó
la mirada, llena de tensión. El calor de la habitación era sofocante y abrió la
puerta del patio para dejar que entrase aire fresco.
Miley-.Asumí que aquello era sólo una
excusa, algo que estabas diciendo para ocultar que...
Nick-.Y por qué iba a mentir?
Miley-.Porque es lo que la gente hace
cuando bebe demasiado alcohol... -replicó dejando escapar un profundo suspiro.
Nick-.Por lo que he oído, tu madre no
podía decir la verdad estuviera borracha o sobria. Así que no nos compares.
Miley-.No tienes derecho a decir eso
de ella -pero se dio cuenta perfectamente de que Nick y su madre eran tan
parecidos como la noche y el día.
Tish había lamentado en su momento
que Miley se hubiera negado a beneficiarse
económicamente del matrimonio aceptando que Nick le pagara una pensión. Los
ácidos comentarios que su madre le hacía a Nick cuando éste iba a visitarlas
habían hecho que Miley le pidiera a
su marido que los encuentros tuvieran lugar en Londres.
Nick-.No te mentí cuando te dije que
no recordaba nada... -posó en ella sus dorados ojos.
Miley-.Puede que tengas razón, pero
en cualquier caso, no te conocía lo suficiente como para saber si decías la
verdad o no.
Todavía enfurecido, Nick dio un paso
atrás y le dio la espalda a Miley con los
nervios en tensión.
Nick-.El día después de la boda te
empezaste a alejar de mí - respiró con dificultad-. Bajabas la mirada. Ni
siquiera podías soportar que te tocase.
Miley-.No quiero hablar de esto!
-exclamó, mientras se formaba una tormenta en su interior. Recordaba
poderosamente el rechazo que había sentido la noche de bodas. Había aprendido a
vivir con ello, aunque aún se despreciaba por haber aceptado aquel trato.
Nick se dio la vuelta para mirarla
con asombrosa rapidez.
Nick-.Aunque te resulte duro, quiero
que hablemos de ello. Esta vez no es mi intención ridiculizar tus anticuadas
ideas acerca del sexo.
Miley-.Tampoco quiero yo hablar de
tus ideas acerca de la fidelidad conyugal -dijo con el aliento entrecortado.
Nick-.No tienes ningún derecho a
echarme eso en cara -se acercó a ella indolentemente, observando cómo la luz
del sol iluminaba las mechas de oro y ámbar de su cabello, mientras se
preguntaba cuándo era la última vez que había visto una melena con un aspecto
tan natural-. La próxima vez no lo toleraré.
Miley-.No quiero discutir... -dijo,
sintiéndose incómoda por la manera que tenía de mirarla.
Nick-.Y qué hay de mis necesidades y
mis deseos? -replicó Nick, duro como un diamante cortando a través del acero-.
Todavía hablas como si yo hubiera sido el que eligió emborracharse aquella
noche. Echaron algo en mi bebida...
Miley-.Es lo mismo que dijiste
entonces -deseaba acabar con la conversación, puesto que había perdido las
esperanzas de que se callara.
Nick-.Tampoco lo creíste? -dejó
escapar una risa incrédula.
Miley-.No, tampoco.
Nick-.Pero es la verdad. Echaron
algún tipo de droga en mi bebida. A alguien le debió parecer una broma muy
divertida, pero desde luego no me hizo ninguna gracia –dijo con sequedad-.
Arruinó nuestra boda y me, sentí humillado.
Aunque Miley estaba dispuesta a aceptar que había
dicho la verdad, apartó su mirada de él. Estaba muy pálida. Todos los invitados
a la boda sabían por qué Nick se casaba con ella y le habían expresado sus
simpatías. A ella, en cambio, la habían despreciado, pues al fin y al cabo no
era más que una extranjera, además de ser la nieta de un hombre muy poco
popular. Pero, ¿había sido realmente una broma el drogar a Nick? ¿O había sido,
por el contrario, un favor? En cualquier caso, Nick no había estado en condiciones
de actuar apropiadamente como un novio de verdad. Cualquiera podría haber
pensado que echarle droga en la bebida era la mejor manera de ofrecer a Nick un
modo de escapar a sus obligaciones en la noche de bodas, considerando lo poco
atractiva que era la novia con la que se había casado. Estaba convencida de que
las risitas que ese día había escuchado a sus espaldas seguirían presentes en
su memoria hasta el día de su muerte.
Miley-.Yo me sentí mucho más
humillada que tú –musitó, tragando saliva y con las lágrimas a punto de
resbalar por sus mejillas.
Con un movimiento que tomó a Nick por
sorpresa, Miley le dio la espalda y salió caminando
apresuradamente hacia el jardín. Se detuvo bajo los manzanos y llenó sus
pulmones de aire fresco, luchando por mantener la compostura.
Nick-.¿Cómo es posible que te
sintieras más humillada que yo?
Sorprendida, Miley se dio la vuelta. Nick estaba en la
terraza. A Miley le atravesó
un punzante dolor cuando observó sus hermosas facciones.
Miley-.Cuando te obligaron a casarte
conmigo, tus amigos y tu familia sentían una gran pena por ti -le recordó-.
¡Nadie se sorprendió cuando te vieron tan reticente a acostarte conmigo aquella
noche!
Un vago rastro de color tiñó las
mejillas de Nick, que parecían como esculpidas con cincel. Nunca había pensado
que Miley tuviera tan poca autoestima.
Nick-.No es posible que pensaras eso.
¿Cómo fuiste capaz de hacer un drama de tan poca cosa?
Miley-.No era tan poca cosa
-lamentándose amargamente por su ingenuidad, agachó la mirada y volvió adentro.
No conseguía quedarse quieta. Los recuerdos amenazaban con llevarla de vuelta a
un sitio adonde no quería regresar y, por otro lado, tampoco veía qué iba a
sacar en claro si empezaba a revivir las agonías que había sufrido de
adolescente al comprobar cómo su boda se había convertido en una tragedia
gótica.
Nick-.Es acaso la humillación que
crees haber sufrido aquella noche la causa de que no quieras hablar de ello?
Miley-.No insistas.
Nick-.Te sorprende que lo haga?
-escrutó el rostro de Miley con sus
hipnóticos ojos-. Yo no sabía qué es lo que había pasado aquella noche y tú te
negabas a decírmelo, así que asumí lo peor. No tenía control de mí mismo
después de tomar aquella bebida. Y por tu forma de comportarte al día siguiente
pensé que te había hecho daño de alguna manera...
Miley-.Daño?
Nick-.En la cama... Pensé que te
había ofendido, que te había forzado a hacer algo que no querías. ¡Yo qué sé!
-prosiguió cada vez más impaciente y disgustado-. Nunca se me ocurrió pensar
que ni siquiera hicimos el amor.
Miley-.En el estado en el que te
encontrabas, ni siquiera te hubiera dejado ponerme la mano encima... -no
sabía dónde mirar. El sonrojo le ardía en el rostro
Nick-.Pero soy mucho más grande y fuerte
que tú -dijo con voz grave-. Eras virgen y yo no me encontraba en el estado más
apropiado para tener eso encuenta. Cuando al día siguiente te negabas a
mirarme, ¡me sentí como si fuera un violador!
Miley-.Oh, no... -desolada por lo que
estaba oyendo, lo miró llena de pena-. No puede ser cierto.
Nick-.Qué otra cosa podía pensar?
-los centelleantes ojos se clavaron en los de Miley -. Cuando intenté besarte empezaste a sollozar y saliste
disparada como una bala para encerrarte en otra habitación...
Miley suspiró.
Empezaba a ver las cosas desde el punto de vista de Nick y se sintió culpable.
Por desgracia, no quería hablar de todas aquellas cosas que Nick le estaba
haciendo recordar. Y sin embargo, si era cierto que Nick había perdido la
memoria de aquella noche, lo justo era que ella le ayudase a rellenar las
lagunas que tenía en la mente.
Miley-.Antes de que te desmayases en
la cena habías desaparecido y yo fui a buscarte. Estabas con Cassia Morikis -le
dijo en un tono apagado, carente de toda emoción.
Nick-.Me acuerdo de esa parte de la
velada -frunció el ceño-. Entonces todavía estaba sobrio porque lo recuerdo
perfectamente. Cassia estaba alterada. La saqué de la sala porque no quería que
montase una escena delante de todo el mundo.
Miley se mordió
el labio inferior y lamentó no haberse dado cuenta antes de que Nick iba a
salir con un argumento del estilo del que acababa de utilizar. Nick era muy
ágil cuando se ponía a la defensiva.
Miley-.Cuando os vi, estabais
abrazados como si fuerais Romeo y Julieta. Te aseguro que la cosa no parecía
tan inocente como tú lo cuentas -contraatacó
Nick-.Y por qué no
hablaste de ello cuando ocurrió? -le exigió con un repentino enfado-. Créeme,
no ocurrió nada...
Miley-.Estabas besándola! -le gritó,
perdiendo la compostura.
Nick sostuvo su mirada acusadora con
una frialdad desafiante al tiempo que pensaba en lo sexy que resultaban los
labios de Miley.
Nick-.Cassia se echó a llorar y me
besó... Intenté apartarla...
Miley-.Claro, y entonces yo ya me
había ido... En cualquier caso, ya me da igual -le respondió con los labios
apretados y dos sombras sonrosadas iluminándole las mejillas-. Lo único que
quiero de ti ahora es el divorcio.
Nick-.Olvídate de eso. Eres una
Angelis. Eres mi esposa. Toda esta conversación me resulta ofensiva...
Miley-.No lo es -sus ojos azules se
oscurecieron por la emoción-. Lo que es ofensivo es que me digas que no tengo
derecho a pedirte el divorcio.
Nick se irguió alzando su poderoso
pecho, respiró hondo, dejó escapar un lento y bien medido suspiro
Nick-.No crees que deberíamos dar una
oportunidad al matrimonio antes de empezar a hablar del divorcio?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Holaa Chicaas(: Graciaas por dejaar suus comentarioos,, Sigaan asii porfaas Graciaas Luna&Mimi laas amaan'♥