jueves, 23 de octubre de 2014

DINASTIA GRIEGA CAP 9



Durante unos treinta segundos, Nick la contempló con sus ojos dorados ardiendo como el corazón de una hoguera.
Nick-.Tendrás que pasar por encima de mi cadáver... Y lo digo literalmente -amenazó -. Esa es la cosa más repugnante que he escuchado nunca y no quiero oírla otra vez. Es monstruoso...
Miley-.No es monstruoso...¿Qué hay de malo en que quiera tener un hijo? Es la cosa más normal del mundo. Tengo veintisiete años...
Nick-.¿Y qué? Puedes tener un hijo como lo tiene el resto del mundo. Pero no de esa forma...-pálido a pesar de su piel bronceada, no pudo evitar un escalofrío-. Supongo que tendré que decir sí a lo del niño. Cualquier cosa es mejor que un divorcio y que mi esposa se haga inseminar artificialmente.

Miley quedó rígida. No podía creer lo que acababa de escuchar.
Miley-.Creo que es hora de que te vayas -dijo con sequedad.
Nick-.puding...
Miley-.Antes me parecía tierno ese apodo... Ahora, he cambiado de opinión.
Nick-.No me voy. No puedo dejar que esto ocurra -con un rápido movimiento que la tomó desprevenida, estrechó sus manos.

A Miley se le hizo un nudo en la garganta. Asintió vigorosamente, sin atreverse a hablar.
Nick-.¡No puedo dejar que esto ocurra! -repitió, acariciando las palmas de sus manos.

Los ojos de Miley se humedecieron y dos solitarias lágrimas descendieron por sus mejillas.
Nick-.No... -gimió. No podia contra las lágrimas
Miley-.Por favor... ¡vete! -dijo atragantándose con su propia voz.
Nick-.No -inclinó su cabeza para besar las lágrimas de sus mejillas.

El perfume de Miley inundó sus sentidos. Olía a melocotón: suave, maduro y listo para comer. Durante una fracción de segundo, titubeó y, después, aprovechando la oportunidad, Nick la tomó entre sus brazos con el convencimiento y la ferocidad que sus rivales en los negocios tanto temían.
Miley se quedó perpleja cuando Nick hizo presa de sus labios con un fiero apetito que la hizo tambalearse. Confusa, intentó apartarse de él, pero Nick introdujo una mano en los bucles de su cabello, echó el rostro de Miley hacia atrás y lo recorrió con un sendero de besos ligeros y cautivadores. Le gustaba. Sin quererlo, cerró los ojos y dejó que su cabeza se ladeara ofreciéndole su garganta. Nick aprovechó el nuevo territorio al que le acababan de dar acceso. Su boca invadió un rincón bajo su oreja y el corazón empezó a latirle al unísono con el de Nick. Se agitó violentamente. Sus piernas eran cañas de bambú.

Nick-.¿Aún quieres que me marche? -le preguntó en voz baja.
A modo de respuesta, Miley lo agarró por las solapas de la chaqueta y se arqueó hacia él, deseando apretar de nuevo sus labios contra los de Nick. Él la besó con tal pericia, que la llenó de un impaciente deseo. Sus brazos se deslizaron sobre los hombros de Nick, al tiempo que con la punta de los dedos acariciaba sus negros cabellos. Nick gimió. A continuación, la agarró y apretó su pelvis contra su orgullosa virilidad.
La sorpresa inicial de Miley se vio sustituida por una extraña mezcla de satisfacción y repentino triunfo: Nick la deseaba. La encontraba atractiva. Ningún hombre podía fingir la atracción física por una mujer. Eso la llenó de un sentimiento de satisfacción muy femenino. Nick la levantó en sus brazos con tal rudeza, que le produjo un escalofrío en el espinazo.

Nick-.Me excitas mucho –susurró, dejando que la punta de la lengua se introdujera entre los labios de Miley.

Nick llevó a Miley al dormitorio y ambos se acostaron en la cama. Desabrochó el cuello del vestido de Miley y enterró su lengua en el precipicio formado por sus senos. Miley emitió un gemido como respuesta. Una fuerte palpitación de deseo hizo que su pelvis se estremeciera. Se apoyó en el brazo de Nick, con los dedos hundidos en las profundidades de su cabello de ébano. Nick desató el último cordón del vestido de Miley, destapando los montículos de sus pechos apenas cubiertos por un sujetador de satén.

Nick-.Eres maravillosa -dijo mientras exploraba sus senos con respetuoso interés y deteniendo las manos de Miley, con las que ésta intentaba cubrirse el pecho-. No intentes esconderte.

El agradecimiento que Miley sentía por el deseo de Nick la hizo consentir y retiró las manos. Nick masajeó los rosados pináculos que coronaban sus pechos y Miley quedó al instante sin aliento. De repente, todas las partes de su cuerpo rebosaban sensibilidad. Nick inclinó la cabeza para besarle los pezones. Miley dejó escapar un jadeo. Desfallecía bajo el ardor que sentía en el vientre y el martirizante dolor alojado entre sus muslos.
Miley-.Nick... -sollozó, abrumada por el torrente de sensaciones que envolvía su inexperto cuerpo.
Nick-.Lo sé. También yo lo estoy sintiendo.

Nick la tumbó en cama. Se desprendió de su chaqueta y la dejó caer a sus pies. Sin apartar los ojos de ella, se soltó la corbata y desabrochó la camisa, dejando al descubierto su broncíneo y musculoso pecho sembrado con mechones de vello rizado. –Teníamos que haber hecho esto hace mucho, mucho tiempo.
A Miley se le nubló la vista. Una serie de pensamientos delirantes la consumían y tiraban de ella, a ratos, en direcciones opuestas. «¿Qué demonios estaba haciendo? ¿Cómo había podido dejar que las cosas llegaran tan lejos?» Pero ella sabía por qué lo había hecho. Tenía muy claro que lo deseaba. Después de todo, lo había deseado durante media vida incluso aunque sabía que no tenía ningún sentido. Dudaba que cualquier otro hombre pudiera hacerle sentir lo que Nick le hacía sentir. Así que, ¿por qué no iba a acostarse con su marido? ¿Por qué no averiguar lo que era el sexo antes de divorciarse? Una pequeña voz en el fondo de su mente le pedía que siguiera adelante y que se embarcase de lleno en su fantasía. Se trataba de una aventura sin riesgos, que, como mucho, le costaría tan sólo un pedazo de orgullo.

Nick-.Miley...-murmuró con su acento griego recortando cuidadosamente cada sílaba-. No te preocupes, pethi mou. No hay problema que no pueda solucionarse.

Nick se inclinó sobre ella y liberó sus labios con un beso explosivo. Fue como si un estallido de energía se hubiera desatado en el interior de Miley Le latía el corazón como si quisiera salir de su pecho. Miley se estremeció al notar cómo subía la marea de su deseo, haciéndole sentir cada centímetro de su cuerpo. Cuando las manos de Nick se posaron sobre sus senos, Miley arqueó la espalda para sentir mejor la presión que las palmas de su marido ejercían sobre sus rosados pezones. Nick los rozó con la lengua y Miley jadeó con apasionado abandono mientras él se disponía a quitarle la ropa que todavía llevaba puesta.
Nick palpó la delicada joya que yacía bajo el nido de rizos de la entrepierna de Miley. Ésta tembló, atormentada por el calor húmedo que abrasaba aquella parte de su receptivo cuerpo. El feroz estallido de excitación que vino después superó todas sus expectativas. De repente, era incapaz de seguir pensando. Sus caderas se retorcían al tiempo que Nick flirteaba con los dedos alrededor del punto más sensible de su cuerpo.

Nick-.Voy a ser el primero? -preguntó, separándose de ella para quitarse los pantalones.
A duras penas Miley consiguió centrar en él su atención. Quería decirle que no, que él no era el primero, aunque se tratara de una mentira. Al prolongarse el silencio de Miley, el cuerpo de Nik se puso en tensión: ¿había estado ella con otra persona?
Miley sumergió su mirada en el hermoso rostro de Nick y el corazón se le aceleró. Descubrió que no podía mentirle.

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