domingo, 28 de agosto de 2011

Busted Parte 2'

El doctor Stanford abandonó su intención de encender la luz. “Lo siento. Sólo quería ponerme al corriente antes de que mi avión salga”
nick trató de forzar su respiración a un ritmo normal. Tal vez, si jugaba bien, el doctor Stanford pensaría que parecía acalorado por el alcohol. "¿Se marcha tan pronto?”
“Ah, sí” El doctor Stanford se sentó en una silla. “Tengo un vuelo temprano”
nick enderezó su espalda. Empujó a miley debajo del escritorio.
El doctor Stanford se sentó en una de las sillas. "¿Cómo va la cuenta de Logan hasta ahora?”
nick se movió nerviosamente cuando miley se movió entre sus muslos. Silenciosamente rezó para que la traviesa chica no estuviese pensando en lo que él creía que estaba pensando. Quería cerrar la cremallera de sus pantalones, pero sería imposible sin descubrir su estado actual. “Todo va muy bien, señor. Me estoy preparando para la auditoria de esta semana”
Su aliento se atragantó en su garganta. miley se metió entre sus muslos separados y se colocó a si misma de forma que él no podía hacer nada al respecto sin llamar la atención del doctor. Sus temores se hicieron realidad cuando miley lentamente sacó su pene y lamió la cabeza.
Dios. Apretó la mandíbula, impidiéndose gemir en voz alta. Su suave lengua le estaba haciendo querer saltar. La caricia le hizo arder de adentro hacia afuera, cada punta nerviosa en su sistema gritaba de placer. miley lamió su polla como si fuese un gato saboreando crema. Tan tierna, tan amorosa. Le pellizcó su eje veteado, dándole cientos de besos de mariposa. Su lengua se arremolinó en la cresta de la cabeza de su polla, trazando su corona bien formada. Joder, que bien se sentía. Él se escapó otra vez. Ella lo notó y lo barrió limpiándolo con la lengua.
Él no pudo respirar cuando ella apretó sus pelotas y las lamió como si estuviesen cubiertas de miel. Su polla estaba erguida, saludando orgullosamente, hambrienta, y carnívora por lo que estaba por venir. Él pudo sentir su risa silenciosa de nuevo. Una de sus manos abrazó su eje y le dio un firme y constante movimiento mientras su boca caliente y amorosa suavemente lavaba su glande. nick aspiró otra fuerte exhalación.
"¿Estás bien, hijo?”
nick masculló. Se aclaró la garganta. “Es sólo el dolor de cabeza. Tomé demasiado bourbon cuando realmente no debería”
“Ah, realmente no deberías privarte de un simple placer”
Inconscientemente, nick  hizo ruidos extraños con su garganta. miley trató de tomar su longitud entera en la boca. Se atragantó un poco. Él rápidamente cubrió su gemido tosiendo. Deslizó una mano hacia debajo y palmeó su oído. De alguna manera, supo que ella sólo sonreía abiertamente. miley agarró su mano y le chupó un dedo. Santa Madre de Dios, era tan malditamente traviesa.
El doctor Stanford no había notado su extraño comportamiento, o el hecho de estar sudando con sus pelotas fuera. El doctor siguió con su charla cansina sobre el arreglo comercial con Logan Medical mientras, debajo del escritorio, miley prestaba a su polla una cuidadosa atención.
miley le apretó con ambas palmas, acariciándole desde el escroto hacia arriba. Su lengua se arremolinaba hasta su corona, jugueteando con apertura mojada, intentando con la lengua joderlo por allí. Él se movió con nerviosismo. Ella mordisqueó la cabeza de su polla con sus suaves labios, oscilante y tímida como el beso de una doncella. nick jadeó, sintiendo como si el azufre lo incinerase vivo. Ella suavemente se abalanzó sobre la mitad de su longitud hasta que tocó el fondo de su garganta.
La mamada siguió. Profunda, apasionada, chupándolo lentamente, adorándolo como si fuese un ídolo, el dador de vida y sin el que no podía vivir. nick inhaló un trago enorme de aire. El placer era una preciosa agonía, que poco a poco lo sacaba de su mente. Un destello de miedo destelló en él: me voy a correr. Y cuando llegue, Stanford sabrá que soy un pervertido de mierda. Rezó en silencio para mantenerse sano hasta el doctor terminase y se fuera de su oficina. Pero no lo haría. miley lo estaba amaba demasiado y él encontró su clímax colgando en el precipicio del acantilado.
Oh Dios, por favor no.
nick cerró el puño, cavando sus uñas en la palma hasta que sintió dolor. Necesitaba  una distracción. Piensa, piensa. Tabla de multiplicar. Problema de matemáticas complicado. Las cifras del flujo de caja de la compañía. Un contable que quiere dispararte.
Pero no podía concentrarse. miley había tragado con éxito su eje hasta su base. Su boca caliente y sedosa garganta envolvían su polla salvajemente, avariciosamente, exigiendo su vencimiento. Todos sus nervios gritaron con  ferocidad incandescente del dulce tormento de miley, rogándole que terminase, que se dejase ir, rindiéndose a la tentación del pecado original. Pero no podía. No ahora mismo. No delante del doctor. Oh Dios, un poco más y soy pan tostado... nick gimió otra vez y lo ocultó con una tos violenta.
Afortunadamente, el doctor concluyó su cansina charla. “Deberías tomarte algo para la tos”
“Lo haré más tarde” Su voz era inestable. “… Tengo un poco de vértigo”
El doctor Stanford captó la indirecta. “Bueno en ese caso, no quiero molestarle más tiempo”
El doctor se levantó de su silla. James le dio la mano sin levantarse de su asiento. Era de mala educación, pero Standford sabía que estaba indispuesto.
“Te veré pronto, nick
“Eso espero también, señor”
“Adiós”
nick se alegro de tener talento con las caras de póquer. Su polla se rebeló hasta el punto donde perdía el control. Sus pelotas estaban apretadas, preparadas para
explotar. Gimió en silencio, silbando entre dientes. Me voy a correr. Oh Dios, me voy a correr.
El doctor estaba en el pasillo cuando no pudo soportar más tiempo la tortura. Explotó violentamente. nick no hizo mucho ruido, sólo un gemido ahogado, lastimero. Se corrió con fuerza y por un largo rato, espasmo tras espasmo de caliente esperma. Se agarró a la mesa hasta que sus uñas hicieron un sonido chirriante. Su visión se volvió borrosa durante un segundo. Sus oídos sonaron. Su mente quedó en blanco.
nick colapsó cuando el último estremecimiento del éxtasis se fue. Dios, esta fue la mamada del siglo. Anna todavía jugaba con su  blanda polla después de que se hubiese gastado. Se estremeció, sensible al tacto después del clímax. Él la tanteó a ciegas, encontró su cara, y le ordenó que parase. "mils"
Silencio.
“Vamos sal” nick hizo girar su respaldo, dándole la posibilidad de salir gateando. Su cara enrojeció cuando la vio a la luz. “Estuvo cerca”
miley hizo un mohín con los labios. “Es tu culpa. Si tan solo le hablaras sobre nosotros, no tendríamos que andar escondiéndonos así”
“Estoy de acuerdo” dijo una voz en la puerta.
miley movió su cabeza de lado y palideció. “Oh mierda”
El doctor Stanford cruzó sus brazos y se apoyó contra la puerta. Su cara era severa. “¿Puedes explicarme todo esto durante el fin de semana. El sábado. Cena en mi casa. Digamos, a las siete?”
“S-si, señor” tartamudeó nick. “Me parece bien”
“Sí, papá” Anna parecía apenada. El doctor Stanford se marchó. Se giró y se echó a reír tontamente, “Nos hemos estrellado”
nick no podía encontrar nada que decir, envolvió sus brazos alrededor de ella yabrazó a mileya fuertemente. “Esperemos que aun pueda conservar mi cuello en su sitio después del fin de semana”
“No te preocupes. A papá le gustas”
“Esperemos que si”
miley le dio un húmedo beso en la mejilla. “Te quiero”
“Yo también te quiero, princesa”

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